El Dépor vuelve a vivir una gran noche europea
Última modificación octubre 21, 2021 por Redacción Fesp
Anoche el Estadio de Riazor rugió a lo grande. De nuevo, el Dépor volvía a vivir una gran noche europea, y eso es algo que ya necesitaba el club y sus aficionados.
El cuadro gallego no atraviesa tiempos fáciles. Actualmente milita en Primera RFEF, que equivale a la extinta Segunda División B, peleando por regresar al fútbol profesional. No hay duda de que lo ocurrido anoche, aunque fuese en su versión más light, supuso un pequeño oasis de ilusión para una familia deportivista que merece mucho más.
Se puede decir, alto y claro, que la victoria de anoche del RC Deportivo de La Coruña Juvenil en la UEFA Youth League fue un ‘chute’ de energía para todo el deportivismo.
12 años después, aterrizaba el aroma a fútbol del viejo continente
Para revivir un partido europeo del Deportivo tenemos que remontarnos, nada más y nada menos, que una docena de años atrás.
El 26 de febrero de 2009, el conjunto galaico recibía en casa la visita del Aalborg BK, en la vuelta de los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League. Los daneses aterrizaban en Riazor con una clara ventaja de 3-0 en la ida, y tampoco dieron opción alguna en el segundo y definitivo duelo.
Y eso que RC Deportivo de La Coruña comenzó adelantándose con un gol de Sergio en el minuto 37, pero antes de llegar al descanso, el Aalborg anotó un triplete que sentenció definitivamente el choque y la eliminatoria (1-3).
Desde entonces, el primer equipo del Dépor no ha gozado de noches europeas.
Otra gran remontada
A pesar de que anoche era el equipo juvenil, la afición deportivista tenía ganas de una noche histórica y armó un ambiente idílico para ello.
El cuadro dirigido por Manuel Pablo, debía remontar el 3-0 a favor del Pogon polaco, y lo logró.
Acompañados de 8.500 personas en la grada y con el espíritu de aquel ‘EuroDépor’ de principios de siglo, los jóvenes jugadores deportivistas empataban la eliminatoria antes del término de la primera mitad gracias a los goles de Bialcyzk en propia puerta, Víctor Guerra y Mario Nájera.
No obstante, el tanto definitivo y que daba el pase a la siguiente ronda no llegó hasta el borde del pitido final con Padin como gran protagonista.
A la conclusión del partido, la comunión entre la afición, equipo y campo fue perfecta, haciendo recordar viejas imágenes como la noche soñada ante el Milán.