Temporada 1996-97: el año de Ronaldo en el Barça

Temporada 1996-97: el año de Ronaldo en el Barça
Una temporada para convertirse en ídolo de toda una generación culé. FOTO: Sport

Ronaldo Nazario ingresó en el Barça en 1996 con tan solo 19 años procedente del PSV Eindhoven con la aureola de gran goleador. Solo militó una temporada a las órdenes de Bobby Robson, pero 51 partidos fueron suficientes para conseguir tres títulos y convertirse en el ídolo de toda una generación culé además del máximo goleador de la Liga 1996-97.

Ronaldo Nazario, posiblemente el mejor delantero centro de la historia 

Hablar de Ronaldo Nazario da Lima, es hablar posiblemente de uno de los mejores delanteros de todos los tiempos. Un goleador nato. Desde su nacimiento en Río de Janeiro en 1976, Ronaldo ha vivido por y para el fútbol. Una pasión que únicamente han podido cortar las gravísimas lesiones que sufrió y que impidieron que su ya de por sí enorme leyenda, fuese todavía mayor.

Sus inicios se remontan a Brasil, donde se formó futbolísticamente bajo la batuta de una leyenda del fútbol brasileño: Jairzinho. Gracias a él, logró llegar al fútbol de primera categoría brasileña donde firmaría su primer contrato con tan solo 16 años y 236 días. Su talento era innato y no tardó mucho en llegar a Europa. Por lo que, tras proclamarse campeón del mundo en EE. UU. en 1994, Ronaldo fichó por el club neerlandés de la ciudad de Eindhoven, el PSV. Allí se consagró como el máximo goleador de la liga neerlandesa y ganó la Copa de los Países Bajos.

El mejor jugador de ‘La Liga de las Estrellas’

Pero si hay que destacar una etapa como leyenda del fútbol mundial, esa sería la temporada 1996-1997, la conocida como ‘La Liga de las Estrellas‘, el año en el que fichó con el FC. Barcelona tras una compra que se convertiría en la más cara del fútbol español. Pero que, sin duda, merecería la pena. Esa campaña fue espectacular, 47 goles en 51 partidos. Unos números que casi resumen a la perfección las cualidades del delantero brasileño y que terminaron por consagrarlo definitivamente.

“El fenómeno” era un delantero con condiciones físicas inmejorables, una técnica fuera de lo común, un sprint insuperable y un remate demoledor. Un registro que le llevó en aquella campaña de 1996/97 a ganar con la camiseta azulgrana la Recopa, la Copa del Rey y la Supercopa de España y que deleitó a la afición con goles inverosímiles como el que marcó al Compostela el 12 de octubre del 1996, cuando cogió el balón en su propio campo y superó todos los defensas contrarios que le salían al paso hasta materializar un tanto histórico.

Dejar por los suelos a todos los porteros se convirtió en su pasión y en un sello distintivo que llevó a muchos a compararle para aquel entonces con Pelé. A sus 20 años parecía que marcaría una época en el FC Barcelona, ​​pero desgraciadamente graves desavenencias entre la Junta Directiva y sus representantes provocaron su marcha al Inter de Milán.

La frustrada renovación de Ronaldo

El espectacular inicio de temporada del brasileño multiplicó el interés de varios clubes en contratarlo. Ronaldo era una estrella y su cláusula de rescisión de 4.000 millones de pesetas había quedado obsoleta, por lo que en Italia, el Lazio, el Milan y el Inter, amenazaban con tentar al jugador. Sin embargo, el delantero no se quería ir y el Barça, temeroso de perder a su nuevo ojito derecho, blindó su contrato.

Es entonces cuando en el mes de diciembre de 1996 el FC Barcelona y Ronaldo comienzan las primeras conversaciones de renovación. El por entonces presidente, Jose Luis Nuñez, llega a un acuerdo con los representantes del jugador que se resolvería con un cobre de 500 millones de pesetas. Sin embargo, la rúbrica se va posponiendo hasta que el plazo para su firma acaba venciendo en febrero.

La temporada seguía avanzando y con la llegada de mayo Nuñez decide reunirse con “el fenómeno” brasileño. Las negociaciones fueron largas y tediosas, y a pesar de que el Barça cerrase un acuerdo de renovación el día 26 abonando 3.000 millones en concepto de traspaso (algo no contemplado en el anterior acuerdo), algunas cifras no cuadraban y Ronaldo manifestó que todo estaba roto, “llevan 7 meses engañándome. Nuñez miente y seguirá mintiendo”.

Por lo que mientras Nazario está concentrado con su selección jugando la Copa América en Bolivia, el Inter llega el 20 de junio a un acuerdo con sus abogados y se procede así a pagar la cláusula de rescisión de 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros), que en teoría liberan al jugador, pero que la Federación Española termina por denegar, ya que entiende que el Barça debe percibir más dinero en concepto de traspaso.

Todo un lío que termina resolviendo tardíamente la FIFA el 10 de septiembre y que dictamina el paso de Ronaldo al Inter por 270 millones adicionales en concepto de traspaso. Algo que la directiva azulgrana terminó acatando, aunque mostró su desacuerdo con la cantidad de indemnización.

El brasileño se marchaba así con pena y con gloría de la plantilla azulgrana, dejando la piel por la camiseta y una huella imborrable en toda la afición culé.

 

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