Víctor Valdés, el portero que odiaba la portería
Última modificación enero 25, 2023 por Redacción Fesp
La relación de Víctor Valdés con el fútbol es la de una historia dramática. Una trayectoria que nada tiene que envidiar a los culebrones, con altos, bajos y giros de guión inesperados. Valdés comienza jugando al fútbol como la mayoría de los niños, en la calle. Allí, con el objetivo de pasar más tiempo con su hermano mayor, empezó a ocupar la posición de portero.
Un pasatiempo en forma de boceto que pronto se convirtió en toda una obra de arte. El joven de Hospitalet de Llobregat demostró su calidad en las aceras hasta llegar a formar parte del equipo de su localidad natal. Su destreza con las manos y su habilidad con los pies fueron suficientes para que, en apenas unos meses, las categorías inferiores del Barcelona comenzasen a fijarse en él.
Víctor Valdés, el portero que no quería ser portero
Pero como toda buena telenovela, había un problema: odiaba ser portero. Aún criado en la cantera del FC Barcelona, donde destacaba como uno de los mejores guardametas de la Masía, Víctor no era feliz. “Jugar de portero cada fin de semana ha sido un sufrimiento constante… algo que no me gusta hacer y que no entiendo porque lo hago sino me gusta”, reconoció el jugador durante una entrevista que le realizó Marlon Becerra.
A pesar de sus dudas, Victor Valdés continúa jugando al fútbol y con 20 años tiene la oportunidad de su vida. Durante la temporada 2002/2003 es llamado por el primer equipo y, en apenas unas jornadas, consigue hacerse con la portería. Un puesto de titular que después de varios errores termina perdiendo por la poca confianza que mostraba en él Louis van Gaal, el cual acaba apostando por Roberto Bonano. Valdés termina relegado al filial nuevamente. Una decisión que parece no gustarle, ya que se ausenta del entrenamiento con el Barça B. Algo de lo que termina arrepintiéndose y pidiendo disculpas.
Con la destitución del de Países Bajos, el guardameta reconquista la portería, incluso superando la llegada de Rüştü Reçber. Una maduración a base de grandes paradas que le llevaron a convertirse en la ‘pantera de Hospitalet’. Buena técnica de blocaje y de desvío, buen juego con los pies, buena capacidad de anticipación a cualquier tipo de jugada… Lo tenía todo.
Y así lo demostró en la final de París en 2006, donde realizó una actuación magistral y supo mantener con vida al cuadro azulgrana hasta convertir a su equipo campeón de Europa. Un partido que supondría, sin duda, su consolidación en la etapa dorada del FC Barcelona y que le posicionaría como uno de los mejores porteros de la historia del club.. “Gracias a como pasó, a lo que pasó ese día, mi carrera fue hacia arriba”, asegura el jugador.
La trayectoria de uno de los mejores porteros de su generación
Su lista de títulos es impresionante: 3 Champions, 6 Ligas, 3 Copas del Rey, 2 Supercopas de Europa, 6 Supercopas de España y 3 Mundiales de clubes. A la que hay que sumar 5 trofeos Zamora como portero menos goleado de España. Pero indiscutiblemente su momento de gloría llegaría en el Mundial de Sudáfrica 2010. Víctor debuta como internacional absoluto el 3 de junio de ese mismo año. Lo hace en el Tivoli Neu de Innsbruck, Austria, en partido de preparación entre las selecciones de Corea del Sur y España. Encuentro en el que se luce y convence a Vicente del Bosque, que el 20 de mayo lo convoca para representar a España.
Durante el encuentro mundialista Valdés vive a la sombra de Casillas, pero parece no importarle demasiado, y es que a fin de cuentas pocos pueden presumir de llevarse un Mundial y una Eurocopa.
La lesión que truncó la trayectoria de Víctor Valdés
Era el punto más álgido del Barcelona y de Víctor Valdés bajo palos, pero en 2014 el de Hospitalet parece querer ponerle fin e irse por todo lo alto. Decide no renovar y firma un precontrato con el Mónaco de cara al siguiente mercado de fichajes sin saber lo que el destino le tenía preparado.
El 26 de marzo de 2014 siempre estará marcado en la vida del ex portero del Barcelona por una lesión de ligamentos en la rodilla que le daría a su vida un giro de 360 grados. Corría el minuto 20 de un partido entre los catalanes y el Celta de Vigo. El árbitro había decretado sentencia máxima tras pitar penalti a favor de los gallegos, sin embargo, Víctor, por aquel entonces capitán del Barcelona, pidió una revisión que se le terminó concediendo y que dictaminó falta.
Algo de lo que terminaría arrepintiéndose. Orellana lanzó una falta directamente a las manos de Valdés. Un balón que de primeras se le escapó al portero, pero que consiguió atrapar tras una lucha en la que pisó mal y su rodilla dijo basta. “Ahí cambió mi vida, porque en esa falta que lanza el jugador del Celta, yo me lesiono, y si hubiese sido penal seguramente yo no me hubiese lesionado”.
Es entonces cuando su montaña rusa particular comienza la zona de descenso. Ese mismo año, Valdés, que apuntaba ser titular indiscutible de la Selección por encima de Casillas, se pierde el Mundial de Brasil por no estar al 100% recuperado. Una mala suerte para la ‘pantera de Hospitalet’ que parecía propagarse y es que esa lesión también termina frustrando su fichaje por el Mónaco, que rompe el preacuerdo con el arquero y deja a Valdés sin equipo mientras trata de recuperarse.
Parecía que ese sería el final de un portero mítico en nuestro país. El final más amargo para todo deportista de élite. Pero llegó el Manchester United, equipo que le dio un motivo de esperanza y que le permitió limar las asperezas con Louis Van Gaal, que estaba por aquel entonces al mando del club inglés.
De allí saldría cedido al Stardard de Lieja, hasta que en 2016 se movería a Middlesbrough, donde pondría punto y final a su carrera como jugador el 7 de julio de ese mismo año al no renovar con el cuadro inglés. Y tras medio año sin equipo, tomó la decisión de retirarse del fútbol profesional y desaparecer, tal y como prometió, dejando de lado la fama, con la que tan poco identificado se sentía, y la portería, que le tuvo esclavizado durante toda su vida como futbolista.
Pero no así para desconectar del fútbol ya que después se formó e inició su carrera como entrenador en el fútbol juvenil entrenando entre otros, al División de Honor del Barça. Un hombre de fútbol con la competición por bandera.