El año que Sevilla, Betis y Atlético bajaron a Segunda División

El año que Sevilla, Betis y Atlético bajaron a Segunda División
Con esta plantilla descendió el Atlético a Segunda. FOTO: Captura Youtube

Última modificación marzo 15, 2023 por Redacción Fesp

En el año 2000 no se acabó el mundo como una gran parte de la población temía con el llamado ‘Efecto 2000‘, pero sí pasó un hecho histórico en el fútbol español. Hasta la temporada 1999/2000 tan solo ocho equipos habían sido capaces de ganar La Liga. Ocho conjuntos de los 54 que habían pisado la máxima categoría en los 69 años de vida que tenía por aquel entonces la competición. Y de esos ocho, de ese reducido número de predilectos, tres estrenarían el milenio caminando hacia el pozo de la Segunda División.

Descenso del 2000, el año que vio descender a Sevilla, Atlético y Betis al infierno de Segunda

Comenzando desde abajo, como colista de aquella temporada 99/00 estaba el Sevilla FC. En el puesto número 20, con tan solo 28 puntos (5V, 13E, 20D), los de Nervión descenderían a la categoría de plata por cuarta vez en su historia. Y última.

Un equipo en caída libre que tenía el descenso sellado en la cartilla semanas antes del fin de la competición, pero que tendría mucho que decidir en sus últimos coletazos. Y es que el Sánchez-Pizjuán sería el escenario en el que los de blanco y rojo se vestirían de jueces y sentenciarían a un equipo a irse con ellos de la mano a Segunda.

Ese equipo no sería otro que el Real Betis Balompié. Un encuentro que enfrentaría a Sevilla y Oviedo y en el cual, si los asturianos ganaban, el fútbol sevillano perdería a sus máximos representantes en la primera categoría. Y así fue. Un apático Sevilla perdería 2-3 en casa ante el júbilo (y controversia) de su afición.

Ese año en Segunda carecería de jugadores de relevancia, ya que los más veteranos se habían retirado y otros habían sido traspasados con el objetivo de obtener capital (Marchena, Jesuli y Tsartas), pero contaba con un AS en la manga: Joaquín Caparrós. Un nuevo entrenador que hizo al equipo, en su primer año en el club, campeón con una antelación de tres jornadas.

Aquella no sería la primera vez que Sevilla y Betis se hundían juntos en el abismo de la clasificación y se veían condenados a cambiar de competición. En la 67/68, los dos eternos rivales de la capital andaluza bajaron a los infiernos. Al igual que en el 2000, la clasificación de aquella temporada dejaría al Sevilla FC como colista (con 20 puntos y en el puesto número 16, ya que antes solo había este número de equipos en Primera) y condenado al primer descenso de su historia con Juan Arza a la cabeza.

El Real Betis se fue de la mano con la ayudita de su máximo rival

Como “spoileabamos” hace unos párrafos, otro de los equipos que terminarían la temporada descendiendo a Segunda sería el Betis. Lo haría en el puesto 18 con 42 puntos (11V, 9E y 18D), tres por debajo de Numancia y Real Oviedo.

Aquella campaña los verdiblancos contaban con una gran plantilla con delanteros como Pepe Gálvez (10 goles), Finidi (8 goles) o Cuéllar (8 goles), pero una racha de 11 partidos sin victoria en la segunda vuelta llevó al conjunto a pender de un hilo a escasas semanas del fin de la competición. Aquel sería el 9º descenso de los del Villamarín, al que sucederían el de 2009 y 2014.

Y llegó la bomba, la caída de un coloso, el Atlético de Madrid

Ya teníamos dos de los descendidos en aquella temporada, pero faltaba uno. Y no uno cualquiera. Uno que había ganado hasta entonces nueve trofeos de la máxima categoría nacional: el Atlético de Madrid (9V, 11E, 18D).

Los colchoneros, que no pisaban Segunda División desde 1934, se veían en el inicio del milenio con una plantilla de ensueño repleta de estrellas, como Molina, Baraja, Hasselbaink (quien fue el tercer máximo goleador de la Liga), Kiko, Solari, o Valerón, y con un proyecto ilusionante liderado por Claudio Ranieri, cayendo en el pozo de la categoría de plata.

Tras una sucesión de entrenadores, y a las puertas del final de Liga, Antic se hizo cargo (de nuevo) de un Atlético de Madrid al borde del desahucio. Un empate ante el Málaga, una derrota en Mestalla y la goleada del FC Barcelona en casa dejó a los colchoneros en una situación de vida o muerte. O ganaban al Oviedo a domicilio o se iban a Segunda.

Durante aquel partido (correspondiente a la jornada 36) contra los asturianos, y como casi todo el año, el Atleti luchó agónicamente minuto a minuto, llegando incluso a remontar un 0-2 en contra. Solo faltaba un tanto que nunca llegó, y el penalti fallado por Hasselbaink sentenció a los rojiblancos al infierno de Segunda División tras 70 años consecutivos en la máxima categoría.

Paradójicamente, el Atleti seguía con vida en Copa y pudo llegar a la final a pesar de saber su triste destino para la próxima campaña. Toda una manzana envenenada. Aquel encuentro, lejos de redimirlos, terminarían flagelándolos. El Atlético de Madrid quedaría subcampeón, con un desastre y económico entre manos y sumergido en el capítulo más negro de la historia del club. Y para más colmo tras su descenso del 2000, fue goleado por el Levante en su primer partido de Segunda por 4-1. Volverían en 2002 de la mano del eterno Luis Aragonés.

 

Cristina Martínez