José Antonio Reyes, la leyenda que se fue antes de tiempo
Última modificación junio 9, 2022 por Redacción Fesp
El 1 de septiembre de 1983 nace en Utrera José Antonio Reyes Calderón, un niño apasionado por el fútbol gracias al sentimiento verdiblanco que le trasmite su padre. Pero también un niño con esa pizca de rebeldía que le caracterizaba y que le lleva, pese a los colores que le inculcaron, a formarse como futbolista en la cantera del Sevilla FC, rival histórico de la ciudad.
José Antonio Reyes, un talento precoz
En sus inicios, Reyes ya desprendía talento. Una calidad precoz con el esférico que le hace ser llamado por Marcos Alonso para debutar en Primera con tan solo 16 años, convirtiéndose así en el jugador más joven de la historia del club hispalense en hacerlo. Sería en los minutos finales de un partido a domicilio frente al Zaragoza en la temporada 1999/2000, cuando el equipo estaba prácticamente descendido a Segunda División. Pese a solo jugar un encuentro, formaría parte del cuadro que lograría el ascenso en 2001.
Ya iniciado el curso siguiente, José Antonio Reyes se consolidó en el once y a la edad de 18 años se convirtió en el jugador más joven en marcar con el Sevilla FC en la máxima categoría (en un partido contra el RCD Espanyol de Barcelona).
En la que sería su primera temporada completa jugó 29 partidos en los que vería puerta en 8 ocasiones.
La primera llamada con la selección
Era joven, pero su futuro pintaba más que prometedor. En el verano de 2002, Reyes sería llamado por la Selección Española en el Europeo Sub19 de Noruega. Con la camiseta roja ganaría su primer título de la mano de jugadores como Iniesta o Fernando Torres y destacaría como uno de los mayores atacantes de aquella generación.
A su regreso a la capital andaluza, el utrerano siguió derrochando talento en el club de su vida durante temporada y media. Lo que reforzó la confianza en él para, un año después, debutar con la Selección absoluta en el Mundial de Alemania 2006. Sin embargo, con aquella España no terminó de afianzarse.
La etapa de Reyes en el Arsenal
En la temporada 2003/2004 ya era una estrella con todas las letras. Tanto que equipos de Europa comenzaban a interesarse por él, hasta que el Arsenal de Wenger apostó por su fichaje en aquel mercado de invierno.
Y dicho y hecho, Reyes se marchaba traspasado por una horquilla de 30-35 millones de euros, convirtiéndose en el traspaso más caro de la historia de los de Nervión.
En aquel primer año en los Gunners, el delantero se haría con su primer trofeo, el de la Premier League, siendo el primer español en conseguirlo. Lo haría rodeado de ídolos mundiales en el famoso “Arsenal de los invencibles”, que estuvo cerca de un año y medio sin perder. Pero eso no fue todo, el utrerano alzaría además la Community Shield en 2004 y una F.A. Cup. en 2005.
Tras la hazaña, dos años irregulares acabaron por pedir a gritos su regreso a España, dejando una estela en el Arsenal de 110 partidos y 23 goles anotados.
Jugó en el Atlético y en el Real Madrid
Su influencia en el club londinense fue mermando hasta desaparecer de la alineación titular y estar en el punto de mira del Real Madrid detonó su salida. En 2006 el Real Madrid consiguió su cesión por un año a cambio de Julio Baptista, que igualmente se fue cedido al Arsenal.
Fabio Capello le alineó como extremo, aunque, como pasó en el equipo inglés, poco a poco fue perdiendo la titularidad hasta convertirse en un jugador prescindible. Sin embargo, por el camino dejaría partidos históricos, llegando a ser incluso el protagonista de “la Liga de las remontadas” al entrar como suplente del lesionado Beckham en la última jornada. Aquel día, el Real Madrid perdía 0-1 ante el Mallorca y el ingreso al campo de Reyes sería definitivo. El andaluz marcaría el gol del empate y sentenciaría el encuentro con el definitivo 3-1 que hizo campeones a los blancos de la Liga 2007.
Pese a esa actuación, los vikingos negociaron su traspaso definitivo al Arsenal, pero no contaron con un cambio de guión. El Atlético de Madrid fue más rápido y los colchoneros se adelantaron a los madridistas incorporando al jugador por 12 millones. Su camino con los indios no fue fácil. Su pasado merengue hizo que no gozase del apoyo de la grada y la afición, por lo que después de una temporada modesta, acabó cedido al Benfica.
La estancia del sevillano en Portugal fue corta, pero significó el tiempo suficiente para recuperar su brillo. Con Quique Sánchez Flores en el banquillo logró hacerse con la Liga, jugando 30 partidos y anotando 5 goles.
Pero había que regresar a casa y el año siguiente en el Atlético volvió a no gozar de la confianza de su técnico, por aquel entonces Abel Resino. No obstante, todo cambió tras el despido de éste y la contratación de su gran valedor en Portugal, QSF. Reyes era otro bajo sus mandos y respondió aquella temporada siendo decisivo en la Europa League conquistada por los rojiblancos en 2010. Un título más para su palmarés.
En la 2011/2012, Gregorio Manzano toma el relevo de Quique y devuelve a José Antonio la mediocridad en el juego y el bajo rendimiento, lo que le lleva a ser traspasado al Sevilla FC. No sin antes, tras la cesión del técnico a mitad de temporada y la llegada de Simeone, hacerse con otra Europa League.
La vuelta al equipo de su vida: el Sevilla
En su vuelta al Ramón Sánchez-Pizjuán, el utrerano se consagró definitivamente como leyenda sevillista al ganar 3 títulos de la Europa League de forma consecutiva (2014, 2015 y 2016). Forjando así la figura del jugador que más campeonatos de Liga Europa de la UEFA ha ganado, un total de cinco, dos con el Atlético de Madrid y tres con el Sevilla.
En sus tierras el extremo firmó varias actuaciones destacadas y se convirtió, como capitán, en el encargado de levantar la Copa de Basilea en una noche mágica. Aquella luna sería testigo de la despedida de Reyes del Sevilla FC tras, en total, 10 temporadas, 240 partidos y 41 goles anotados con la camiseta hispalense.
Final de carrera y su trágica muerte
Espanyol, Córdoba, Liga China serían los siguientes en gozar de su talento hasta su recalada en el Extremadura, club en el que se incorporó en enero de 2019. Bajo la batuta de Almendralejo disputó 9 partidos antes de fallecer en un accidente de tráfico. Una tragedia en carretera, en Alcalá de Guadaíra, cerca de su localidad natal, el 1 de junio de 2019. Aquella tarde, con tan solo 36 años, se apagaba la luz de un histórico del sevillismo, de un jugador récord del fútbol español y del fútbol mundial.